Valuando tus sentimientos


Recordando mis años en la escuela primaria, me vi casi obligada a escribir un momento que siempre se me quedo grabado en el alma, la escena es la siguiente:

Estábamos en vísperas del día de la madre, y como era costumbre en los colegios nos enseñaban a los mas pequeños a hacer un proyecto artístico para regalarlo el día de la madre, en este caso la profesora nos estaba enseñando a hacer un cofre pequeño con palitos de helado, y que sería cerrado con una tapita en la que irían pegados frejoles, proyecto muy rustico pero que cada niño crearía con esmero y cada madre recibiría con una sonrisa.

Estábamos ya terminando mis compañeros y yo nuestros cofres cuando llego el momento de las decoraciones pegando los frejoles, por no se que motivos la profesora tuvo que salir por unos momentos lo que fue automáticamente aprovechado por mi salón al iniciar una divertida guerra de frijoles, en donde todos éramos enemigos y no había tregua, se creo tanta bulla y caos que sin querer alguien empujo una carpeta que cayo al piso estrepitosamente haciendo caer con ella un cofre recién hecho por uno de mis compañeros que al estar aun fresco era demasiado delicado… asi que al caer al piso quedo destruido, con todas sus piezas derramadas, en ese momento todos nos quedamos congelados, mientras veíamos pasar por nuestros ojos al compañero que se acerco lentamente, arrodillo y sostuvo las piezas entre sus manos, mientras lagrimas empezaban a recorrer su rostro, todos nos sentíamos infinitamente culpables, por ahí escuche que alguien decía : pobre! Era un regalo que iba a llevar a la tumba de su mama, muerta hace dos años… otros cuchicheaban: pero porque llora? Si el no tiene mama, seguro que se lo iba a dar a su abuelita o alguna tía… por ahí inclusive escuche: Es un cofre! Que valor tiene? Que haga otro!

Se me quedo grabada esa historia, y aunque en ese momento no pude sacarle el mensaje hoy creo saberlo, y es que quien era yo o alguien mas para decir si ese cofre tiene el suficiente valor como para llorar o no por ello?

Sin embargo asi pasa, todos juzgan porque debes de llorar y porque no, todos te dicen que es importante, muy importante o sin importancia, es mas! Si es que vendieran cartoncitos de colores con precios que indiquen el valor de los sentimientos de otras personas, muchos serian los que comprarían los cartones que valen centavos para ir y ponérselos a los sentimientos de los demás.

No quiero dejar que nadie me diga que el amor que doy es exagerado, que la pena que me aflija sea poca cosa, que el sueño por el que vivo es muy común, que la idea en la creo es tonta, no quiero dejar que alguien use una balanza para decirme cuánto valen o no mis sentimientos, porque no existirían números capaces de aguantar el valor que para mi poseen.

Declaro a todos los que me conozcan o no, que ante el valor en el mercado de mis sentimientos o ideas nadie les pondrá poner precio, no abra bajas ni subidas, no habrá transacciones de moneda, porque los sentimiento de cada uno, son eso! De cada uno!

Asi que la próxima vez que escuche un comentario queriendo juzgar el valor de los sentimientos de otra persona, sonreiré a mi misma y pondré un numero que de valor a su inteligencia, raciocinio y bondad, y no será mi culpa que aquella persona saque una nota de -0 y que inclusive quede debiendo.

23 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encanto, de acuerdo 101%, nadie debe juzgar a nadie.. tus vivencias y experiencias son tuyas y de nadie mas. Lo esencial es invisible a los ojos.. nadie puede ver tu esencia, y menos comentar, nadie!

Daniela dijo...

Soleil...me gusta mucho la forma compresiva y la sensibilidad que pones en tus escritos.

Nadie puede meterse en nuestra vida, para decidir hasta cuando debemos hacer algo o no hacerlo. Todo acto es consecuencia de nuestras vivencias, no nos podemos meter en los zapatos de los demás.

Recibe mi cariño amiga.

Un beso.

Nebulina dijo...

Solo nosotros podemos juzgar por qué lloramos, por qué amamos, y hast que punto. Pueden parecer locuras o absurdeces..pero es a nosotros a quienes nos duelen, a quienes nos mueven por dentro..
Un beso!!

JORGE SOLANA AGUIRRE dijo...

Las experiencias nos hacen respirar.

Angélica Camacho dijo...

Si pues, es fácil juzgar por qué al otro le duele tanto o le emociona algo, incluso lo vemos por encima del hombro. Ponerse en el otro lugar es un poco incómodo pero es un buen ejercicio, nunca sabemos cuando nos harán sentir de la misma forma.
Sensibilidad y empatía le llaman.

Besos!

Ernesto dijo...

Interesante ... hay momentos en que tus actos se mueven por lo que para ti es tu verdad, y nadie es quien para cuestionarlo ni aventurar hipotesis....

Esteban Ramon dijo...

quiénes somos para juzgar al otro. Los sentimientos son de uno, no hay necesidad de explicación, se trata de reconocer en el otro su individualidad e independencia, en ser respetuosos y humildes, no todo podemos explicarlo, no todo podemos entenderlo, asi que a respetar las lágrimas del otro. Saludos, soleil, gran post.

wilmeRafael

lichazul dijo...

soleil

encantada de leerte
y tu blog es un hallazgo de frescura y reflexión
me ha encantado

te enlazaré al mío (principal) así no me pierdo
en la web:-)

gracias por tus pasitos en ar´ticulos y otras hierbas

muakismuakis
y las mejores vibras pa'tí

elisa

Unknown dijo...

que lindo recuerdo, que linda que sos...

Fran Invernoz dijo...

Admiro tu hipersensibilidad. Sí, porque eres una persona muy sensible que piensa en los demás, eso que se llama empatía y que se usa tan poco. Tienes también lo que se denomina inteligencia emocional, una forma de comprender, de entender al otro, metiéndote dentro de su piel, de sus pensamientos, de sus sentimientos, para poder entenderlo. Te has metido en el sentimiento interior de un niño que sufre mucho y te has preocupado por él. Eres una buena persona, éso es lo que vale de verdad en la vida, porque en lo demás hay mucha mentira. Cordiales saludos.

Anónimo dijo...

Todo lo vivido es propio de cada quién, y no se ha e juzgar al otro.En momentos cruciales se dee centrar re ir hacia delante con loque a mano se tenga.
Muy buenos textos.
le ivito a visitar losmíos.
www.panconsusurros.blogspot.com
y continué el itenerario cmo una suerte de rayuela.
le felicito por sus relatos y animo a continuar en ellos.
le saluda desde Buenos Aires dejando mi paz
María del Carmen

Mamá de 2 dijo...

Amén.

markín dijo...

En cada uno el valor es diverso. Al hacer algo por alguien, entregamos tiempos. Tiempo combinado con emociones, con recuerdos, con proyecciones.

Pensamos en si gustará, en la cara de alegría al recibir, y mientras mñas cosas positivas asumimos, llegana salirnos mejor las cosas.

He ahí el valor de las destruccione de un sueño... porque queda en sueño la intención "otorgar"...

Cuidemonos siempre de juzgar. Siempre.

Santiago Bertault dijo...

juzgar es la gran debilidad humana, siempre pensamos que nuestra mierda huele mejor
Saludos

Jorge Arce dijo...

Llevo un rato leyendo y me quedo otro más. En un lugar muy interesante este que dibujas con tus palabras. Un abrazo

Martin Balbuena dijo...

Todas las personas son diferentes...unas más sensibles que otras...pero nadie tiene derecho a decirnos como debemos sentirnos...
saludossss

Anónimo dijo...

Hey, pase a visitarte querida compatriota.. que pasa, que hay de nuevo? Espero que estes super!! Un abrazote desde Lima!!

soleil dijo...

Gracias de nuevo a todos por sus escritos, estuve media perdida entre la magia de regresar a mi pais de encantos, pero ya se acabaron las vacas... estoy cargada de ideas y de ganas de escribir y compartir!

Daniela Talavera dijo...

los sentimientos no tiene precio ni medida... alguna vez me dijeron que er amuy printo para amar, o que kiero mucho de porrazo... ke saben ellos kiza no sea yo la que kiero mucho si no ellos que no estan dispuestos arecibir tanto amor...

saludos

Acitsonga dijo...

Si muchos niños de tu anécdota fueron insensibles ¿que se podrá esperar de los adultos?
Concuerdo con lo que comenta Angie, la sensibilidad es una tarea constante para todos aquellos que no la poseen como cualidad.

Luis Pereira dijo...

millones de personas.millones de concienicas,,,y millones de pendamientos,,,todos sentimos algo muy diferente y ponemos precio a lo sentimos,,,debemos tomar conciencia,,creo,,,,,,saludos me gusto loq lei

Esteban Ramon dijo...

Hola Soleil, denuevo de visita por estos lares. Esperamos que esas ganas se conviertan en escritos, por mi parte ya deje algo de mi pequeña y mocosa infancia actualizada en el blog. Cuidate, saludos.

Anónimo dijo...

Recuerdo mucho que en el colegio era yo sobre todo quien te decia que tus problemas eran pequenios comparados con gente a quienes la vida les habia sido relativamente mas "dura"(Al decir mas dura me refiero a la idea estereotizada del sufrido). Y recorde que siempre respondias como que yo juzgaba problemas y reacciones a ellos. Mas que todo mi intencion era ayudar y hacerte sentir que el problema era mas simple de lo que pensabas o si era muy grande, mitigar el dolor en ti. Siempre he creido que los problemas son tan grandes cmo sus reacciones pero se que solo son palabras alentadoras para menos sufrimiento. Aun uso ese tipo de filosofia en la vida con gente que amo como mis amigos y enamorada.No juzgo problemas, solo los reduzco

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